Las milicias islamistas están imponiendo sus planes a las autoridades académicas libias.
Durante la monarquía y el régimen de Gadafi, a los cursos universitarios podían asistir juntos estudiantes de ambos sexos. Ahora, sin embargo, las cosas están cambiando conforme la nueva Libia retrocede.
Hace poco, las autoridades académicas de la Universidad Omar al Mojtar de Derna, un bastión terrorista del este de Libia, firmaron un acuerdo con una milicia islamista local para construir un muro destinado a separar a universitarios y universitarias en el campus. El acuerdo también insta a la introducción de un estricto código de vestimenta para las estudiantes, que incluye el uso de la abaya, una túnica suelta que cubre las ropas, y del hiyab, que cubre la cabeza y el pecho.
La construcción del muro en la universidad tiene lugar tras dos años de presiones de las milicias islamistas en la ciudad de Derna: los extremistas denunciaron a la institución educativa, se introdujeron armas en el campus y se amenazó de muerte a profesores y estudiantes. Como consecuencia de ello, muchos docentes abandonaron Derna y fueron a buscar trabajo a Trípoli o Bengasi.
La Brigada Islamista Abu Salim, finalmente, ofreció un trato a la administración de la universidad: el grupo se ocuparía de la seguridad del campus a cambio de la introducción de un código de vestimenta para las estudiantes y de la construcción de un muro de separación entre hombres y mujeres. Para acabar con el acoso, el rector de la universidad, así como el Consejo Local de Derna, aceptaron la propuesta.
En 2013, la mayor autoridad islámica de Libia, el Gran Muftí, jeque Sadiq al Gariani, lanzó un llamamiento a la separación entre sexos en todos los lugares de trabajo, aulas y oficinas gubernamentales.
En un comunicado dirigido al Parlamento libio, al Gobierno y a los líderes de diversas milicias, el Gran Muftí pedía medidas urgentes destinadas a "moralizar" la vida pública; afirmaba haber recibido quejas relativas al "deterioro de la moral y al extendido fenómeno de la libre mezcla de sexos, sin restricción ni regulación alguna, en todas las instituciones del Estado". En el comunicado, afirmaba que la mezcla de sexos es "inmoral".
Evidentemente, el Gran Muftí pretende imponer una interpretación estricta de la ley islámica en el país, y convertir al islam radical en el predominante en Libia. Está claro que los grupos islamistas comparten su opinión y parecen sentirse apoyados por el líder religioso en la islamización del sistema educativo.
No hay duda de que el nuevo primer ministro libio, Ahmed Maitiq, que llegó al poder gracias al apoyo de los extremistas islámicos, no les impedirá alcanzar su objetivo.
En una entrevista para Al Arabiya, el canal de televisión de propiedad saudí, el escritor libio Mohamed el Huni afirmó que Maitiq no sólo está apoyado por los Hermanos Musulmanes, sino por el Grupo de Lucha Islámica Libio, incluido por el Departamento de Estado estadounidense en la lista de organizaciones terroristas extranjeras.
Mientras tanto, otras universidades del país también están siendo islamizadas. El Lybian Herald informa de que se van a imponer la segregación entre sexos y unos estrictos códigos de vestimenta en la Universidad de Sirte, entre Trípoli y Bengasi. Los movimientos islamistas parecen comprender que el sistema educativo debe ser la primera institución a cambiar para conformar una futura sociedad islamista libia.