Malmö, la tercera ciudad más grande de Suecia, ha cobrado fama por su enérgico antisemitismo y se desconoce si los Socialdemócratas, actualmente en el Gobierno, tendrán la voluntad política o moral de contrarrestarlo. En la imagen: Ayuntamiento de Malmö. (Fuente: Hajotthu/Wikimedia Commons) |
Malmö, la tercera ciudad más grande de Suecia, ha cobrado fama por su enérgico antisemitismo. Por lo tanto, no debería extrañar que muchos judíos no se sientan seguros. Para hacer que el antisemitismo sea aún más problemático, se desconoce si los Socialdemócratas, actualmente en el Gobierno, tendrán la voluntad política o moral de contrarrestarlo.
El exalcalde de Malmö, Ilmar Reepalu, ha sido acusado varias veces de expresar opiniones antisemitas. Otros destacados políticos socialdemócratas, como Adrian Kaba, también han propagado teorías conspirativas antisemitas. Este año, cuando la Liga Juvenil de los Socialdemócratas de Malmö se manifestó el Día Internacional del Trabajador, el 1 de mayo, corearon: "Destruyamos el sionismo".
Lo que diferencia a todos estos escándalos es que nadie ha tenido que pagar un precio político. Hasta ahora, expresar opiniones antisemitas como político socialdemócrata de Malmö se ha considerado, al parecer, aceptable. Aunque el partido dijo públicamente que lamentaba los incidentes, nadie ha dimitido todavía por ellos.
Los socios de coalición de los Socialdemócratas en Malmö, los Liberales, también han tenido problemas relacionados con el antisemitismo y su normalización en la vida pública de Malmö. En agosto de 2018, salieron a la luz informaciones que decían que Mohamed Jorshid, uno de los políticos liberales de allí, que había hecho anteriormente declaraciones antisemitas, tuvo que abandonar, tras las revelaciones, sus responsabilidades políticas. En junio de 2019, la web de noticias Samnytt contó que, a pesar de haber cesado en sus cargos, Jorshid mantuvo una reunión con el líder de los liberales en Malmö, el teniente de alcalde Roko Kursar, en el Ayuntamiento, y publicó una foto de la reunión en Facebook. El objeto de la reunión era la integración de los inmigrantes, la seguridad pública y el futuro de Malmö. Tener acceso a los principales políticos tras haber sido obligado a dimitir pareció otra señal de que se pueden expresar abiertamente opiniones antisemitas y seguir teniendo una buena relación con los partidos que gobiernan en Malmö.
En mayo, la Comunidad Judía de Malmö, una organización religiosa y cultural fundada en 1871, envió un memorándum al Gobierno municipal de Malmö. El memorándum, titulado "Plan de acción para preservar la supervivencia de la comunidad judía de Malmö", dice:
La comunidad judía desaparecerá en un futuro muy cercano si no se toman medidas drásticas. Malmö ya es una "zona de exclusión" para los judíos de todo el mundo. Cuando se habla de Malmö en los medios internacionales, tiene que ver demasiadas veces con el antisemitismo. Una búsqueda en Google sobre antisemitismo en Malmö arroja 215.000 resultados. No bastan los esfuerzos que se están haciendo ahora. En 2021, la comunidad judía celebrará su 150º aniversario. Hemos sido parte de la columna vertebral de Malmö desde el siglo XIX. Pero ahora estamos desapareciendo. Vemos que nuestros miembros se están marchando de Malmö. El antisemitismo es un claro motivo en Malmö de que nuestros jóvenes, y ahora también sus padres, abandonen la ciudad en la que crecieron.
Según el memorándum, el número de miembros activos de la Comunidad Judía de Malmö con más de 18 años se ha reducido de las 842 personas en 1999 a las 387 en 2019 (un descenso del 54%), y se prevé que disminuya hasta sólo 158 personas en 2029.
En junio de 2019, los ejecutivos empresariales Dan Olofsson y Lennart Blecher se comprometieron a donar a la Comunidad Judía de Malmö 40 millones de coronas suecas (4,16 millones de dólares) durante un periodo de 10 años para animar a los Socialdemócratas a hacer más para contrarrestar el antisemitismo. Sin embargo, el apoyo de Olofsson y Blecher ha generado un conflicto público, en el que Olofsson sostuvo que los esfuerzos de los Socialdemócratas contra el antisemitismo eran nimios. En un artículo en el periódico Kvällsposten escribió:
No creo que los socialdemócratas estén haciendo esto porque sean antisemitas, sino porque priorizan los votos de otros grupos electorales. La pasividad contra los judíos se convierte en un plus para otros votantes.
Los "otros grupos electorales" a los que se refiere Olofsson serían los inmigrantes musulmanes provenientes de Oriente Medio. En una encuesta de opinión realizada en 2010 a alumnos de instituto suecos, indicó que el 18% de los alumnos tenían una opinión negativa sobre los judíos. Entre los alumnos de instituto que se identificaron como musulmanes, el 55% tenía una visión negativa de los judíos.
En un artículo anterior, esta autora subrayó varios factores que explican el fortalecimiento de las opiniones antisemitas en Suecia, y especialmente en Malmö:
- La inmigración a gran escala de países donde el antisemitismo es "normal".
- Un fuerte compromiso propalestino entre los políticos suecos. Esto ha dado lugar a un debate completamente falso sobre la cuestión de Israel y Palestina, donde Israel es demonizado injustamente.
- El deseo de los partidos políticos de Suecia de ganarse el voto de los inmigrantes.
- Un multiculturalismo sueco que es tan acrítico con las culturas extranjeras que no sabe diferenciar entre cultura y racismo.
- Miedo a parecer crítico con la inmigración.
- Importantes instituciones suecas, como la Iglesia de Suecia, que legitimó, apoyándolo, el documento de Kairós Palestina, contrafactual y flagrantemente antisemita.
En estas circunstancias, cuando la población judía de Malmö está desapareciendo y se critica la pasividad de los socialdemócratas desde todas las direcciones, el Gobierno sueco ha optado por hacer de Malmö la ciudad anfitriona de un congreso contra el antisemitismo y la conmemoración del Holocausto. Al mismo tiempo, los gobernantes de Malmö quieren que se abra un museo nacional del Holocausto en la ciudad.
Nunca se debería olvidar el Holocausto, pero su memoria no se debería reducir a un blanqueamiento de cara a la prensa de los gobernantes de Malmö. Recordar el Holocausto consiste claramente en contrarrestar las condiciones que lo hicieron posible: la normalización del antisemitismo. Es esta normalización del antisemitismo a lo que los socialdemócratas suecos y otros partidos socialdemócratas de Europa, como el Partido Laborista de Jeremy Corbyn en Reino Unido.
Celebrar un congreso para conmemorar el Holocausto en la ciudad de Malmö sólo resta importancia al Holocausto y a sus muchos millones de víctimas. La hipocresía es evidente en que los políticos que gobiernan Malmö no han hecho todo lo que pueden —ni siquiera todo lo que pueden— para proteger a los judíos que viven hoy en Malmö. No pueden marcar distancias con el antisemitismo sin perder la coherencia.
Recordar el Holocausto consiste en recordar a las víctimas. No debería ser un camuflaje para los políticos que gobiernan Malmö en el que puedan sacudirse la culpa por poner a los judíos de Malmö en la vulnerable situación en la que ahora se encuentran.